Con la llegada del verano, el consumo eléctrico en los hogares suele dispararse. Aire acondicionado funcionando a toda potencia, ventiladores encendidos día y noche, y luces prendidas hasta tarde en el jardín. Pero la buena noticia es que pequeños cambios en nuestros hábitos pueden hacer una gran diferencia, tanto en la factura de luz como en el cuidado del medio ambiente. Cinco consejos para ahorrar energía este verano:
El termostato es tu aliado
El primer paso es simple pero efectivo: configurar el aire acondicionado a 24 °C. Esta temperatura mantiene el ambiente fresco sin forzar el equipo al máximo. Además, limpiar los filtros regularmente no solo mejora la calidad del aire, sino que optimiza el rendimiento del aparato, reduciendo el consumo hasta en un 15%.
Iluminación inteligente
Reemplazar las bombillas tradicionales por luces LED es una inversión que se recupera rápidamente. Estas lámparas consumen hasta un 80% menos de energía y duran mucho más tiempo. En el jardín, donde las luces suelen quedar encendidas toda la noche, instalar temporizadores o sensores de movimiento evita el derroche innecesario.
Aprovechar lo natural
A veces, la mejor tecnología es ninguna. Abrir las ventanas durante la mañana y la noche para generar corrientes de aire, y cerrar cortinas o persianas en las horas de mayor calor, puede reducir significativamente la necesidad de refrigeración artificial.
El enemigo silencioso
Por último, un dato que pocos conocen: los equipos electrónicos en modo espera siguen consumiendo energía. Desenchufar televisores, cargadores y electrodomésticos que no se están usando es un gesto simple que, sumado en el tiempo, representa un ahorro considerable.
Este verano, el desafío es disfrutar del calor sin que la factura de luz nos quite el sueño.





