Energía renovable

Oct 1, 2018

paneles solares
La Cooperativa adquirió 16 paneles fotovoltaicos, con una capacidad de generación de 5 Kw/hora. Ya fueron instalados en el techo de la Biblioteca 20 de Junio y se encuentran conectados a la red eléctrica.

Con la idea de ir adquiriendo experiencia en el campo de las energías renovables, la Cooperativa adquirió recientemente 16 paneles solares que fueron instalados en el techo de la Biblioteca 20 de Junio y ya se encuentran conectados directamente a la red eléctrica.

“La razón fue comenzar a investigar un poco sobre el tema de las energías renovables y a prepararse para este cambio. Es algo que se está usando mucho en todo el mundo, pero que en Argentina viene un poco atrasado”, explica el ingeniero de la Cooperativa, Pablo Mazza.

Existen leyes que promueven las energías renovables y se calcula que para 2023 el 18% de la electricidad utilizada en el territorio nacional deberá provenir de estas fuentes. Ese es uno de los motivos por los cuales el Consejo de Administración de la Cooperativa asumió la responsabilidad de capacitarse para, a su vez, poder transmitir esos conocimientos a quienes necesiten asesoramiento.

Los dieciséis paneles solares, que generan 5 kw por hora, toman el sol y conducen la energía a un conversor que lo deposita en la red eléctrica a través de un medidor. Este equipo, llamado inversor, es el que hace la “inteligencia”, porque trabaja en paralelo con la red.

A la noche, cuando la falta de sol impide que se genere energía, el aparato se desconecta y de día vuelve a conectarse. “También tiene un sistema que corta cuando la Cooperativa interrumpe el suministro. No funciona como generador sino que lo hace en el mismo momento. Esto es importante por un tema de seguridad de nuestros trabajadores. Si el equipo no cortara, podríamos electrocutar a una persona que está trabajando en nuestra red”, advierte Mazza.

Claro que lo de alimentar a la red es relativo, porque el porcentaje emitido en este caso es mínimo. Siempre depende de la cantidad de paneles que se instalen y de la potencia que tengan.

La mayoría de los elementos utilizados son de origen importado. La Cooperativa compró este equipamiento a un valor dólar 40 % menor al actual. Considerando esta inversión para un usuario residencial y sumado a que también se debe adquirir un medidor bidireccional, hoy la amortización es a muy largo plazo.

Esto cambia cuando se trata de pymes e industrias mayores, porque el valor de la energía que ellos consumen es más caro.

Sistemas como estos están funcionando en mayor medida en la provincia de Santa Fe. Es la única región del país que incentiva a los usuarios para que adquieran paneles y alimenten a la red.

Ya sea una vivienda, una industria, un comercio o un edificio público, el usuario que inyecta energía a la red se llama prosumidor: acrónimo de productor y consumidor. Es un término que se utiliza en diferentes ámbitos y que básicamente tiene que ver con producir algo al mismo tiempo que se consume.

En este caso, la gran ventaja es que la energía se produce en el mismo lugar en que es consumida, por lo tanto se ahorra todo el gasto de transporte de la electricidad, la infraestructura, el mantenimiento y las fugas de energía que se dan en el camino entre la central eléctrica y el enchufe, que son de entre el 8 y el 15%.

Esta forma de utilizar los paneles solares es bastante más económica que los sistemas que alimentan baterías, generalmente empleados en zonas donde no llega la conexión de una compañía eléctrica.

Tarde o temprano las antiguas formas de generar energía utilizando combustible deberán mutar. Es una buena idea reeducarse e ir decidiendo qué método utilizará cada uno.

Por lo pronto, la Cooperativa tomó en sus manos el desafío y ya se puso a la vanguardia de las energías renovables a nivel local.

Una ley a largo plazo

La 27.191 es la llamada Ley de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía destinada a la Producción de Energía Eléctrica. Fue reglamentada en marzo de 2016 y tiene como plazo el último día de 2025. Propone una matriz eléctrica argentina compuesta por un 25% de energías limpias, ya sea eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, undimotriz, biomasa, biogás e hidroeléctrica menores a 50 MW.

La normativa contempla un proceso largo con objetivos intermedios: al 31 de diciembre de 2017 habría que haber alcanzado como mínimo el 8% del total del consumo propio de energía eléctrica con renovables. Según los especialistas, este primer paso aún no llegó a concretarse.

El cronograma continúa gradualmente de la siguiente manera: 12% al 31 de diciembre de 2019, 16% al 31 de diciembre de 2021 y 18% al 31 de diciembre de 2023.