Después de todo un año de trabajo muy productivo, los talleristas de la Biblioteca de la Cooperativa mostraron lo aprendido durante este 2016, en un amable clima de fiesta.
El galpón, que había sido ornamentado para la ocasión y lucía muy acogedor, se fue colmando con la gran cantidad de chicos que participaron de las distintas actividades, y sus padres, que se acercaron el sábado 10 a la tarde a ver los logros de sus hijos. Y también los adultos que aprenden alguna técnica artística o artesanal.
En el caso de los pibes, la participación en uno o más talleres es un hecho importante, ya que adquirir destrezas, tanto en técnicas artísticas como artesanales, es una conquista que los acompañará toda su vida, y es fundamental en el conglomerado de aprendizajes, ya que la posibilidad de planear un proyecto, y concretarlo, les resultará útil siempre.
Es muy importante que la técnica se enseñe de manera clara, práctica, para que ese proceso madurativo se concrete, pero también es fundamental la filosofía, que los talleres no sean un campeonato de frustraciones y de abandonos, y ese es mérito de los “profes”.
El complemento exacto de esto es el sostenimiento de este tipo de actividades de extensión cultural por parte de la Cooperativa, porque todos los talleres son gratuitos, y no serviría de nada la calidad que tengan si los chicos y grandes no pueden venir por problemas de billetera.
Los profesores que nos aporta la Municipalidad, a través de su Secretaría de Cultura, son: Lidia Suárez, Franco De Giusti y Liliana Dozo, los tres participaron de la fiesta, donde sus alumnos se lucieron: los trabajos de plástica, comic, pintura sobre tela y origami de Lidia; los teatreros de Liliana, que hicieron improvisaciones sobre problemáticas del barrio, muy divertidas, con la actuación estelar de las futuras figuras la Vero, el “Pollo” y Facu (Pincheira, Aguila y Viveros, respectivamente); y los guitarreros. Nombrar a todos es complicado, son muchos.
También se mostraron venciendo miedos las chicas del taller de baile y recreación, creación que le debemos a nuestra voluntaria alemana Saritah Valentín, y los pequeños ilustradores de “La hora del cuento dibujado”, a cargo de Gaby y Sarah.
Las señoras y señoritas de bordado mexicano, que en poco tiempo lograron espectaculares avances, gracias a la dedicación y la simpatía de la profe Mónica Alarcón, expusieron con orgullo sus preciosos trabajos.
Y los genios del taller de manualidades de Gabriela Pincheira, casi todos chicos de primaria, presentaron es sociedad su proyecto anual solidario: una alfombra al crochet de como 3,50 metros de largo.
También se sumó gente del barrio, dos parejas que nos entusiasmaron con un gato y una chacarera bailados con donosura, y Johnny, que impactó con su Hip Hop.
Por último, se trasmitió un video que reflejaba el año de trabajo, donde nos reencontramos con nuestra querida Rickie, la anterior voluntaria alemana, y hasta se vio asomar alguna lagrimita en los ojos tan sensibles de quienes concurren a nuestra institución.
Una hermosa fiesta, donde todos trajeron algo para compartir, hasta Mechildt, de Invía, la organización que permite que gente tan valiosa como Rickie y ahora Sarah pasen un año con nosotros, y Elli, la coordinadora entre el Consejo de la Cooperativa y la Biblioteca.
Compromiso: El año próximo redoblaremos nuestros esfuerzos y energías para mejorar.
Por Jorge Bonfanti