Ardillas en Loma Verde, sin freno

Jun 5, 2025

Transformadores y cables rotos, árboles dañados y biodiversidad alterada, son algunas de las consecuencias ante el crecimiento descontrolado de la población de ardillas en nuestra localidad.

La proliferación de ardillas de vientre rojo en Loma Verde representa uno de los casos más preocupantes de invasión biológica en la región del Gran Buenos Aires. Lo que comenzó como una introducción accidental, hoy se ha convertido en un problema complejo que afecta desde la infraestructura urbana hasta la biodiversidad nativa.

Un problema con historia

La ardilla de vientre rojo que habita en nuestros barrios tiene una historia particular. Hace más de 50 años, específicamente en 1970, esta especie fue introducida en Argentina en la localidad de Jáuregui, partido bonaerense de Luján. Traídas desde Bélgica y originarias del sudeste asiático, fueron inicialmente 10 ejemplares mantenidos en cautiverio en una estancia. Sin embargo, algunas escaparon o fueron liberadas, dando origen a una población silvestre que hoy supera los 100.000 ejemplares. Si bien el foco principal permanece en Luján, el problema se ha extendido, siendo Loma Verde, Escobar, uno de los más afectados en Buenos Aires.

Alerta por expansión

Para entender mejor la situación actual, revista Escobar Norte entrevistó a Mariela Borgnia, profesora e investigadora de la Universidad Nacional de Luján y del Instituto de Ecología y Desarrollo Sustentable (INEDES, UNLu-CONICET), quien explica varias cuestiones de esta problemática local. Borgnia, junto a otros investigadores viene trabajando con la Cooperativa Escobar Norte desde junio de 2023.

¿Desde cuándo se ha detectado la presencia de ardillas en Loma Verde y cómo llegaron específicamente a nuestra localidad?
Las ardillas de Loma Verde son parte de una población que se inició en Escobar a partir de individuos que fueron capturados en Luján, trasladados y liberados al medio ambiente en la zona de Temaikèn  por el año 1995. No sabemos cuál fue el número inicial de animales, pero a partir de allí se multiplicaron y se expandieron. En los años posteriores, entre 2005 y 2009, ya empezaron a visualizarse los primeros ejemplares en la zona de Loma Verde. Esta historia de la introducción en Escobar la conocemos a partir de los trabajos que hemos realizado mediante entrevistas a vecinos y vecinas. La de Escobar, es una población que se inició de manera independiente a la de Luján pero al l día de hoy estas dos poblaciones se encuentran prácticamente unidas.

Muchos vecinos consideran a las ardillas como animales adorables, ¿por qué deberíamos preocuparnos por su presencia en nuestra localidad?
Sí, es verdad que son animales muy simpáticos, que es agradable observar su comportamiento, además siempre han tenido muy buena prensa; desde la cinematografía, los dibujitos animados, y en la cultura en general están bien caratuladas, entonces cuesta disociarse de esa representación y poderlas observar como un animal que puede causar problemas. No hay que olvidar que son roedores silvestres, por lo que  tiene la potencialidad de transmitir enfermedades. Con la fauna silvestre se debe  interactuar de manera respetuosa, sin  entrar en contacto con ese animal de manera desproporcionada, es decir, no intentar agarrarlo, tocarlo, u ofrecerle  alimento para que se acerque a las casas o tratar de tenerlo como una  mascota. Son comportamientos  que se deben evitar.

¿Qué daños concretos están causando estas ardillas en los jardines, cables eléctricos o cultivos de nuestra localidad?
Se ha visto es que después de varios años de establecida una población en un lugar, empiezan a percibirse daños en los árboles, sobre todo por el descortezamiento. Las ardillas quitan la corteza de los árboles para extraer la savia, el floema, o también para utilizarlo para sus nidos cuando se van a reproducir. Puede afectar la supervivencia, el crecimiento de los árboles e incluso la calidad de la madera si se trata de alguna producción forestal.

Además por sus hábitos de consumo (mayormente se alimentan de frutos y semillas) se ven afectadas las producciones de frutales de distinto tipo. Su presencia fuerte en los árboles hace que puedan interferir con la actividad de algunas aves, entonces también hay una potencialidad de ser competidoras en ese sentido. Sucede que algunas especies de aves se van porque se ven molestas por la presencia de la ardilla. Se ha comprobado el consumo de huevos e incluso de pichones.

También  está el daño que tiene que ver con la infraestructura y los servicios humanos, básicamente por el roído de cables o las mordeduras que hacen en las mangueras de riego, en plásticos, en telas. Se ven afectados tirantes de techos, pajas de los quinchos, transformadores, antenas de televisión. Las empresas que proveen servicios de telefonía, de cable, de luz, tienen un costo económico asociado a la actividad de la ardilla. A veces eso se traslada a los propios usuarios y consumidores.

¿Cómo describiría la situación actual de la población de ardillas en esta zona? ¿Está en expansión, estable o en retroceso?
Es una población que sigue en crecimiento. Hace unos años, podíamos identificar dos o tres poblaciones cercanas. Una era la de Luján, la otra la de Escobar y después hay otra población en San Miguel. Lo que estamos viendo en este momento es que esas poblaciones se están uniendo. No es posible discriminar dónde empieza el foco de Escobar y dónde empieza el de Luján porque toda la zona entre uno y otro está todo poblado de ardillas. En Loma Verde se expande hacia el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos. Están muy cercanas, es inminente su llegada.

¿Qué acciones concretas pueden tomar los vecinos de Loma Verde para ayudar a controlar la población de ardillas y qué prácticas deberían evitar?
Es bastante difícil cuando las poblaciones ya están muy establecidas, en crecimiento. No se puede plantear una erradicación de todas las ardillas de Loma Verde. Hay que empezar a evitar los traslados de animales hacia otros lados, evitar el mascotismo y ayudar a detectar ardillas en lugares nuevos como por ejemplo dentro de áreas protegidas o las zonas cercanas al río. Hay que avisar a las autoridades. En este momento hay un proyecto de ciencia ciudadana en el que las personas pueden colaborar subiendo registros de ardillas o avisando, vi ardillas en tal lugar.

En la zona de Loma Verde ya sabemos que existen, pero puede haber otros sitios cercanos donde todavía no se sepa de la existencia. Es muy importante no aplicar venenos, hasta el momento no se ha encontrado un veneno que sea exclusivo para ardillas. No es como en otros roedores que andan por el suelo y uno puede poner eventualmente algún producto que esté autorizado o puede fumigar con el asesoramiento correspondiente. En el caso de las ardillas esto no es del todo posible.

Desde la Universidad de Luján hemos desarrollado un protocolo de manejo de ardillas que involucra la captura y el sacrificio de los animales, pero claramente eso no es factible para realizar desde la ciudadanía común, además de que se necesita una cierta capacitación y pedir una autorización a Fauna Provincia.

Trabajar en sintonía con las autoridades locales, que conozcan la problemática y puedan evaluar costos y beneficios. Como vecinos podemos hacer acciones que se llaman de mitigación. Si uno no quiere que las ardillas anden por los techos de nuestras casas, uno puede hacer una poda dirigida de ciertos árboles para cortarles las conexiones, que no se puedan trasladar y llegar a nuestros domicilios con facilidad. También aislar una pequeña producción o proteger a los árboles de la acción de las ardillas. Son todas cosas que requieren un esfuerzo, pero se pueden implementar.

Es importante también evitar el contacto con las crías de las ardillas. Cuando se hacen podas o luego de una tormenta, se caen los nidos y aparecen crías muy chiquititas. Las personas las quieren rescatar, las llevan adentro de su domicilio y las alimentan.

Cuando son adultos empiezan a morder, entonces terminan volviéndose a liberar al medio ambiente. En esos casos lo que hay que hacer es que la naturaleza siga su curso, dejar el nido o correrlo si está cerca de una casa,  tratar de no tocarlo, de no alimentarlo y de no ingresarlo a los hogares.  Si encontramos un animal muerto, lo ideal es enterrarlo.

Para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría transmitir a los lectores de nuestra revista sobre la convivencia responsable con las ardillas?
Se debe conocer cuál es la normativa respecto de la fauna silvestre, no se pueden capturar y trasladar animales sin autorización, no cualquier animal puede tenerse en el ambiente domiciliario. Ante la menor duda respecto de qué hacer o qué se puede o no se puede hacer, siempre hay que dirigirse a los organismos correspondientes. En el municipio es la dirección de ambiente y a nivel provincial quien tiene injerencia en todo lo que es fauna silvestre es la Dirección de Flora y Fauna de Buenos Aires.

La situación de las ardillas en Loma Verde representa un desafío complejo que requiere la coordinación entre autoridades, instituciones, y la comunidad en general. Solo a través de un enfoque integral y la participación responsable de todos los actores involucrados será posible mitigar los impactos de esta invasión y proteger tanto la infraestructura local como el ecosistema regional.