En el marco de un trabajo realizado por estudiantes de quinto grado de la Escuela Primaria Nº3, el miércoles 27 de noviembre se proyectó en el auditorio de la Cooperativa el cortometraje El reflejo. Fue un encuentro cargado de expectativa, entusiasmo y orgullo.
El film fue el resultado de un año de aprendizaje en un taller coordinado por Natalia Bacalini, realizadora audiovisual, impulsora de la propuesta y vecina de Loma Verde, además de madre de una alumna de la división.
Como punto de partida, los estudiantes trabajaron con ejercicios disparadores a través de imágenes motivadoras. A partir de esto, escribieron historias en grupo que debían contar con ciertas pautas de estructura y personajes.
“Articulamos con la maestra de Lengua, Lorena Tomasi, quien abordó esto con los chicos en su materia. Salieron ocho relatos y se eligió uno, teniendo en cuenta cuál se adecuaba más al género terror. Luego avanzamos con el montaje”, cuenta Bacalini sobre el proceso.
Si bien la idea original era estrenar el corto en el festival de fin de año del colegio, la directora Elena Valdés Pages coordinó con la Cooperativa para realizar una proyección, estilo avant premiere, para los estudiantes y sus padres.
Con una duración de cuatro minutos, El reflejo cuenta la historia de dos hermanos que se comunican a través de un espejo: Rafa está vivo y Lucas está muerto. Con una temática arriesgada y con un tono de suspenso, el cortometraje apunta a repensar los vínculos y reflexionar sobre los límites entre la vida y la muerte.
Después de la proyección, los alumnos compartieron los mejores momentos del proyecto y aseguraron que estaban muy sorprendidos por lo que se había logrado.
“Creo que no esperaban la calidad, la sensación fue de sorpresa y alegría. Fue súper emocionante. Uno a veces empieza y encara proyectos sin saber cómo van a terminar. En esta oportunidad se pudo concretar”.
“El corto cumple la función de dejar abierto algo, y eso se logró porque ellos plantearon inmediatamente hacer la parte dos. Esa era nuestra idea, que estén activos, motivados y estimulados”, concluye Bacalini, agradecida por el momento vivido y por haber participado en una actividad del colegio de su hija.